El candidato de la oposición
Henrique Capriles Radonski, en un acto de absoluta irresponsabilidad,
ha llamado a sus partidarios a ejercer la violencia como medio de
reclamo frente a la contundente realidad del voto popular que apoya
el proceso revolucionario liderado al presidente Chávez, y por el
presidente constitucional electo Nicolás Maduro. Y sus partidarios,
amantes todos de la violencia, han estado cumpliendo sus órdenes. En
efecto, todavía a altas horas de la noche se contabilizaban las
pérdidas materiales y los heridos, todos afectos, a la revolución.
En Aragua, en Anzoátegui, en el Zulia, en Caracas, Barinas, Tachira y en otras
regiones del país el fascismo opositor desato su odio visceral en
contra todo lo que es Chávez, Maduro y pueblo.
Capriles Radonski ha demostrado su
calaña imperial, fascista y violenta. En realidad a nadie extraña.
Siempre ha sido así. Basta recordar los días de abril del 2002. El
mismo con sus hordas violentas asedio la embajada cubana y también,
cual superpolicía de la CIA, persiguió y arresto al ex ministro
Rodríguez Chacín, siendo solo un alcalde. Se expresó (y se expresa
todavía) de forma despectiva y discriminatoria, no solo en contra de
los lideres revolucionario, sino en contra del pueblo mismo, a través
de los medios de comunicación privados, exponiéndolos a todos al
escarnio público. Capriles Radonski quiere ser presidente a
cualquier costo. Nada de le importa. Ni siquiera sus propios
seguidores. Solo le importa ser presidente porque tiene que
justificar ante los poderes imperiales su labor de testaferro.
Por otro lado, sus seguidores, cual
vampiros al acecho, han salido a cumplir las órdenes de su dios
satanás Henrique Capriles. Hipnotizados y manipulados por este señor
de las moscas, solo han sabido generar violencia y zozobra entre la
población que ama la paz. Enceguecidos por el rencor inoculado
profundamente por una oposición que no sabe perder ni ganar. Es una
parte de la población de Venezuela que verdaderamente da lástima.
Están inmersos en infinitas contradicciones y traumas psicológicos
auto inducidos. Hablan de paz y hacen la guerra. Hablan de amor y
demuestran odio. Hablan de vida y causan y siembran la muerte.
Eso no es todo. Lo que estamos
viviendo en estos momentos no es sino un golpe de Estado en proceso.
Tal cual como el 11 de abril, asimismo hoy. Así hay que denunciarlo
ante el mundo. Y por los mismo personajes de entonces. Henrique
Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado, Julio Borges, etc.
Todos poseedores de los demonios de la muerte.
Pero no tengan ellos la menor duda
que el pueblo sabrá defender su causa, su proceso y sus logros. Hoy
tenemos presidente y se llama Nicolás Maduro Moros. Y Maduro, al
igual que el Comandante Chávez, sabrá dar respuesta contundente a
las acciones fascistas de la oposición. Lo ampara la verdad y la
constitución.
















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